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Costa Rica - Reforestación y conservación de la selva tropical

Costa Rica es el corazón verde de Centroamérica, enclavado entre la costa del mar Caribe al este y el Pacífico al oeste. El país limita con Nicaragua al norte y con Panamá al sur. La capital de Costa Rica es San José y el idioma oficial es el español. Con una superficie de sólo 51.100 kilómetros cuadrados, Costa Rica es un país bastante pequeño, pero con nada menos que doce zonas climáticas y una altísima biodiversidad por kilómetro cuadrado, que puede calificarse de única en el mundo. Maravillosas playas de arena, ríos de montaña de aguas cristalinas
, volcanes activos, sabanas secas, un exótico mundo animal y, por último, la selva tropical siempre verde, hacen de Costa Rica un país que quiere ser descubierto.

Biodiversidad única

Los singulares bosques de Costa Rica se caracterizan en muchos lugares por sus gigantescos árboles de hasta 50 metros de altura, que forman enormes copas. La visión de estos titanes es simplemente abrumadora. Aquí crecen algunos de los árboles de madera dura tropical más valiosos. Germinadas hace incontables generaciones, marcadas por el viento y el tiempo, siguen en pie y verdes. A veces monumental, a veces caprichosa, pero siempre venerable y admirable. El número de especies de árboles que se pueden encontrar en Costa Rica es de unas 2.200. Una cifra impresionante que convierte a
"el árbol" en el elemento más importante de esta biodiversidad.

"Los árboles son los seres vivos más antiguos y útiles de esta tierra. Nuestra civilización, nuestro desarrollo evolutivo, nuestra historia y nuestra existencia actual son inimaginables sin los árboles. Sin ellos no habría cultura humana:
sin fuego, sin casas, sin barcos, sin armas, sin arados, sin papel, sin libros y - apenas sin oxígeno para respirar. Los árboles podrían vivir sin los humanos, pero nosotros no podríamos vivir sin ellos. Desgraciadamente, mucha gente lo ha olvidado hace tiempo".

El árbol nacional de Costa Rica, el árbol de Guanacaste (Enterolobium cyclocarpum), que lleva el nombre de la provincia , crece en el noroeste seco del país. La forma del fruto se asemeja a la oreja humana, por lo que el árbol se llama comúnmente el árbol de la oreja . Laespiga puede alcanzar los 45 metros de altura y tiene una llamativa copa, que no pocas veces alcanzalos 40 metros de diámetro .

Misión del Grupo de la Industria Verde

El cambio climático y la destrucción del medio ambiente han dejado su huella en Costa Rica. Casi el 80% de la selva tropical fue talada sin freno en los años 70 y 80. Hasta que el gobierno echó el freno de emergencia con todas sus fuerzas y, mediante la aplicación consecuente de programas de política medioambiental en materia de protección del clima, la naturaleza y los bosques, consiguió restaurar más del 50
por ciento de la superficie de la tierra con una cubierta forestal sana.

Pero aún queda mucho por hacer. A espaldas del gobierno, se talan una y otra vez grandes extensiones de bosque por pura codicia de ganancias. Aquí es donde entra la misión del Grupo de la Industria Verde. Compramos zonas forestales en peligro de extinción en áreas que van a ser despejadas con fines agrícolas, es decir, para el establecimiento de monocultivos. Estas zonas forestales están registradas y se convierten así en intocables para la tala. De este modo, ampliamos las zonas forestales aún existentes e implicamos a los agricultores locales en nuestro trabajo y les damos empleo.

Esta finca de 100 hectáreas se encuentra en las colinas por encima de la pequeña ciudad de Río Claro y sólo tiene caminos de tierra básicos que conducen a la zona y a la propiedad. La zona inmediata de las colinas es un terreno parcialmente deforestado, que ahora se utiliza como pasto para las vacas, pero todavía hay una cantidad bastante grande de bosque tropical original. Sin embargo, esta selva tropical está amenazada. La Zona Sur y especialmente nuestra zona no se han beneficiado del auge del turismo en Costa Rica. Los ingresos, la educación y el nivel de vida siguen estando muy por debajo de los de la mayoría de las otras zonas del país. La finca de Llano Bonito consta de 65 hectáreas de selva tropical y unas 35 hectáreas que han sido taladas en el pasado por los agricultores locales (por falta de ingresos alternativos). Las 35 hectáreas se utilizaban originalmente como pastos para vacas cuando las compró nuestro cliente en 1995. Nuestro cliente trató de cultivar diferentes plantas, como plantas medicinales y árboles de melina (especies importadas que se utilizan como madera para la industria de paletas), pero debido a la inaccesibilidad y a las difíciles circunstancias de la zona sur, ambos cultivos nunca pudieron producir cosechas económicamente viables. Nuestro cliente nos convenció de que era esencial para él considerar la sostenibilidad en cualquier alternativa para el terreno. Nos pidió que encontráramos una solución que beneficiara a la fauna, contrarrestara el cambio climático, fuera sostenible y también beneficiara a la población empobrecida de la zona.

Ese fue el inicio de nuestro actual proyecto, que ha dado lugar a la Reserva Natural de Llano Bonito. 

Llano Bonito: selva existente y nueva selva a reforestar

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